Democracia eclipsada
- Yurimar Dorta Hernández
- 6 ene 2016
- 2 Min. de lectura

En los períodos presidenciales de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros se ha enfatizado un discurso en el que la historia de Venezuela se concibe como una fuente de inspiración. Desde 1999 se ha potenciado la figura del expresidente Chávez, junto a la de Simón Bolívar, con el fin de que ambas tengan un peso determinante en los acontecimientos del proceso actual.
Según la historiadora María Elena González Deluca, para la defensa del proyecto político bolivariano “el movimiento traza sus fundamentos ideológicos a partir de un imaginario del pasado histórico, en el que caben los mitos heroicos y de redención que refuerzan las identificaciones, los demonios que simbolizan los elementos canallescos y malignos del pasado y del presente"
La utilización en el ámbito político de acontecimientos y figuras históricas, junto a su carga simbólica y emotiva, está presente en el discurso presidencial y forma parte de estrategias con las que aspiran permanecer en el poder. El pasado 5 de enero de 2016 se instauró la nueva Asamblea Nacional (AN). Acontecimientos históricos como el Pacto de Punto Fijo y el “paquete” Neoliberal fueron utilizados como argumentos para rechazar la elección de Ramos Allup como nuevo presidente de la AN.

Esta repetitiva imagen ha socavado el ideal de democracia, sobretodo sus valores. La evidente polarización en la que se encuentra sumergida Venezuela ha impedido que la sociedad conviva y se desarrolle en armonía. Sus líderes revolucionarios han izado una bandera de rencor, odio y venganza respaldada con hechos del pasado, ignorando por completo la realidad actual.
El pluralismo y la tolerancia son solo dos de los valores democráticos que se han desdibujado de la sociedad venezolana. La censura y cierre de medios de comunicación social, la represión de los que piensan distinto al régimen, los presos políticos y las continuas ofensas que realizan los dirigentes a quienes no están de acuerdo con ellos son solo unos de los muchos ejemplos que demuestran que Venezuela necesita cambiar, que necesita construir una sociedad democrática una vez más.
La nueva AN tiene la obligación, entre muchas otras, de rescatar los valores democráticos y de formar un sentido crítico en el que se respeten las diversas formas de actuar y pensar. La presencia de medios de comunicación verdaderamente responsables y equilibrados es una pieza fundamental para que la democracia eclipsada se convierta en una democracia resplandeciente.

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